Defender el medio rural, el medio sostenible.
Ahora que hablamos de España vaciada, de economía circular, de sustentabilidad, ... ADIF va y cierra servicios en estaciones de ferrocarril, no interesa el tren rural, el regional, el tren que une pueblos y gentes, solo les interesa el tren de negocios, rentable a corto plazo, el AVE y sus sucedáneos a 300km/ hora, entre grandes ciudades, sin paradas.
Pero al tiempo se les llena la boca de medio rural, de desarrollo rural, pero no se hace nada, solo florituras de un día, parafernalias de prensa.
La Roda y Villarrobledo se quedan sin venta de billetes en ventanilla, y pronto con menos paradas. Nadie hizo nada cuando cerraron paradas en Minaya, en La Gineta, ahora toca a otros pueblos mayores y sigue el desmontar el medio rural, en desproteger los pueblos, todo se mira bajo la rentabilidad económica lineal, la de toda la vida.
Si queremos proteger nuestros pueblos, debemos ser radicales en legislar para ello, buscar rentabilidad poliédrica en la sostenibilidad, en la historia, en la cultura, en el turismo, en la agricultura, en la posibilidad de bienestar y lo que conlleva respecto a sanidad, educación y dependencia.
Por ejemplo, el I+D+I no siempre se ha de desarrollar en polígonos industriales de ciudades, también pueden crearse espacios interpueblos para ello, para renovables, para circuitos sanitarios saludables y de bienestar. Mil ejemplos que necesitan un nuevo concepto de negocio, de cultura de inversión, de respeto al agua, ... Para empezar, evitemos el cierre de servicios estructurales e integradores. Defendamos nuestro ferrocarril, y unos servicios básicos de calidad para transporte de viajeros, también por carretera, entre los pequeños municipios.
Ahora que hablamos de España vaciada, de economía circular, de sustentabilidad, ... ADIF va y cierra servicios en estaciones de ferrocarril, no interesa el tren rural, el regional, el tren que une pueblos y gentes, solo les interesa el tren de negocios, rentable a corto plazo, el AVE y sus sucedáneos a 300km/ hora, entre grandes ciudades, sin paradas.
Pero al tiempo se les llena la boca de medio rural, de desarrollo rural, pero no se hace nada, solo florituras de un día, parafernalias de prensa.
Si queremos proteger nuestros pueblos, debemos ser radicales en legislar para ello, buscar rentabilidad poliédrica en la sostenibilidad, en la historia, en la cultura, en el turismo, en la agricultura, en la posibilidad de bienestar y lo que conlleva respecto a sanidad, educación y dependencia.
Por ejemplo, el I+D+I no siempre se ha de desarrollar en polígonos industriales de ciudades, también pueden crearse espacios interpueblos para ello, para renovables, para circuitos sanitarios saludables y de bienestar. Mil ejemplos que necesitan un nuevo concepto de negocio, de cultura de inversión, de respeto al agua, ... Para empezar, evitemos el cierre de servicios estructurales e integradores. Defendamos nuestro ferrocarril, y unos servicios básicos de calidad para transporte de viajeros, también por carretera, entre los pequeños municipios.
