La excusa del precio en Puerto: La Realidad Oculta del Trigo Español

 por justi muñoz

TRIBUNA DE OPINIÓN | El Espejismo del Puerto: La Realidad Oculta del Trigo Español

De nuevo nos encontramos, campaña tras campaña, con la misma situación paradójica en el mercado del trigo panificable. Los agricultores observamos con impotencia cómo los precios en origen se estancan o caen por debajo de la rentabilidad, mientras que la industria nos esgrime la consabida "excusa" de los precios de importación en los puertos. Es hora de poner los puntos sobre las íes y hablar claro sobre quién maneja realmente los hilos de esta cadena de valor.

La realidad es tozuda. Mientras en las lonjas de referencia del interior, como la de Albacete, el trigo panificable apenas alcanza los 199 € por tonelada (cifra de finales de octubre de 2025), la industria harinera y los grandes operadores logísticos manejan un coste de referencia para el trigo importado puesto en sus fábricas que ronda los 240 € por tonelada.

Existe un diferencial de, aproximadamente, 40 € por tonelada. Cuarenta euros que deberían ir, al menos en parte, al bolsillo del productor nacional para asegurar la viabilidad de nuestras explotaciones y la soberanía alimentaria del país.

¿Por qué, entonces, no sube el precio nacional? La respuesta no está en el mercado global o en la lejanía de Ucrania, sino en la estructura misma de nuestro mercado interno. Es una cuestión de poder de negociación.

• La Fragmentación del Vendedor: Miles de agricultores, atomizados y sin una estructura comercial unificada lo suficientemente fuerte, nos vemos obligados a vender nuestra cosecha en el momento que necesitamos liquidez. Competimos entre nosotros por vender nuestro producto.         
• La Concentración del Comprador: En el otro lado de la mesa se sientan un número muy reducido de grandes comercializadoras, cooperativas de segundo grado potentes y grupos industriales harineros. Estos gigantes tienen una inmensa capacidad financiera y logística. Pueden esperar, tienen stocks, capacidad de almacenamiento y acceso directo a los mercados de futuros y a la importación portuaria.

A esta dinámica se suma una práctica que es la prueba irrefutable de este desequilibrio: la entrega del cereal por parte del agricultor a la comercializadora sin un precio fijado. El pequeño agricultor, a menudo a través de su cooperativa, deposita su trigo o cereal en los almacenes de la comercializadora. El precio no se fija en ese momento, sino que se aplicará el precio de lonja del día en que el agricultor decida dar la orden de cobro.

Esta práctica, aparentemente inocua, es una trampa. La comercializadora sabe que ese trigo ya es suyo, pero puede decidir cuándo y cómo venderlo, y sobre todo, cuándo fijar el precio. Con el grano ya en su poder, tiene la capacidad de jugar con los tiempos de mercado, presionando a la baja en las lonjas y soltando el stock cuando más le convenga, mientras el agricultor espera, vulnerable, el momento de poder cobrar.

El precio del puerto de Valencia no es un coste real más bajo que el nuestro; es, simplemente, el techo que la industria utiliza para limitar cualquier subida de precio en el interior. Saben que, si el precio en Albacete intentase acercarse a esos 240 €/t, ellos tendrían la alternativa logística de importar. Pero mientras el precio nacional se mantenga artificialmente bajo (en 200 €/t), se garantizan un margen comercial sustancioso.

Las grandes comercializadoras retienen el grano, juegan con las expectativas bajistas del mercado global que el USDA o la UE pronostican, y presionan a la baja en las lonjas interiores. La buena cosecha española de este año, en lugar de ser una bendición para el agricultor, se convierte en un arma arrojadiza para justificar precios de miseria.

✊ La Lucha por la Cadena Alimentaria: De Rehenes a Productores Protegidos
Es un juego de trileros donde siempre pierde el mismo.

Para poner fin a esta situación insostenible, es imperativo que el sector productor se profesionalice, se una y exija una transparencia real y efectiva en la formación de precios.

Si bien es cierto que con el actual Gobierno de Pedro Sánchez se ha avanzado en la legislación, como con la Ley de la Cadena Alimentaria, la realidad nos exige una acción mucho más decidida y ambiciosa. Por desgracia, a día de hoy, ni la postura del Partido Popular ni la de VOX parecen alineadas con la aplicación de políticas valientes que protejan al débil frente al fuerte.

Para poner fin a esta situación insostenible, es imperativo que el sector productor se profesionalice, se una y exija una transparencia real y efectiva en la formación de precios.

🛑 La Acción Urgente que se Demanda

Es fundamental legislar para que a la actual Ley de la Cadena Alimentaria se unan normativas y órdenes complementarias que:

• Establezcan costes mínimos de referencia objetivos.
• Sancionen de manera ejemplar y contundente los acuerdos comerciales que se realicen por debajo de dichos costes.
• En definitiva, garanticen que el pequeño productor y el agricultor familiar estén verdaderamente protegidos.

El agricultor no es un eslabón cualquiera: es el inicio fundamental de una cadena esencial que debe asegurar nuestros recursos naturales y garantizar los suministros básicos a toda la sociedad. La soberanía alimentaria de un estado es el eslabón de protección frente a terceros.

De lo contrario, la inacción nos condenará a la dependencia:

Seguiremos siendo rehenes del "espejismo del puerto" y del poder desmedido de unas pocas corporaciones. Son estas empresas quienes no solo deciden el valor de nuestro trabajo, sino que, lo que es peor, detentan el control sobre qué, cuándo y quién come.

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