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10 abr 2018

Crear miedo sobre las pensiones públicas, otro paso hacia un cambio de modelo.


Por Justi Muñoz

Crear miedo sobre las pensiones públicas, otro paso hacia un cambio de modelo.

Lo que escuchamos a diario:
  •          Se está invirtiendo la pirámide de población, en unos años habrá más jubilados que trabajadores.
  •      Las personas jubiladas han de mantenerse más años en el mercado laboral para equilibrar las pensiones.
  •     Habrá que recortar pensiones públicas para que todas las personas puedan cobrar jubilación.
  •         Estamos en un modelo de mercado en el que a los jóvenes no les es fácil encontrar empleo.
  •         La juventud actual empezará tarde a trabajar y no podrá cotizar los años legislados.
  •         La mayoría de trabajos de jóvenes están mal remunerados.
  •         La mayoría de personas de + de 55 años que quedan en paro difícilmente encuentran empleo.
  •        Es necesario mano de obra de inmigrantes para mantener las pensiones futuras.
  •        Los inmigrantes nos quitan el trabajo.
  •        Los inmigrantes usan nuestra sanidad pública causando un gasto añadido.
  •        La industrialización abarata costes ya que evita gastos de personal.
  •        Las empresas pagan menos ya que su margen de beneficio es menor.

Bueno, todas estas frases, y otras parecidas, las escuchamos a diario en tertulias de café e incluso de televisión, y también utilizado por expertos.

Volvemos a leer las 12 frases. ¿Ya?, veréis que todas no pueden ser ciertas ya que unas contradicen a otras. Sin embargo, al menos yo, he escuchado en la misma conversación una y la contraria expresada por la misma persona seria.
Y diréis, ¿a que cuento viene toda esta amalgama de frases? Pues me explico.
Me pongo de muy mal humor cuando se dice que tendremos que jubilarnos a los 70. O cuando nos dicen que no cobraremos apenas nada. Y se quedan tan anchos, claro seguidamente nos anuncian una empresa de pensiones privadas. Ahí ya me saltan todos los resortes.

Mi sentido común me dice que todo esto está orquestado por este sistema neocapitalista para crear miedo y negocio privado. El problema es que tanto nos bombardean que no lo acabamos creyendo y de nuestras bocas salen frases como “si es que vivimos por encima de nuestras posibilidades”, “estos inmigrantes nos van arruinar”, “claro si es que se dan muchas subvenciones a gentes que no quieren dar ni golpe”, y otras cosas similares o peores. De cualquier manera nos creemos que somos personas inferiores y que no merecemos la igualdad con el rico, y del que está por debajo social de nosotros, de esa gente acabamos creyendo de todo, y los marcamos como los culpables de todos nuestros males.

Volviendo a mi sentido común, me dice que, si hay paro juvenil y dificultad para encontrar trabajo entre los mayores de 55 años, y con 50 también, no puede ser una buena idea aumentar la edad de jubilación. La buena idea ha de ser jubilaciones antes de los 65 para dejar espacio al empleo joven o el de mayores en espera de jubilarse.

¿Entonces que persiguen quienes propone que se aumenten los años hasta jubilarse? Pues esos lobbies, creo yo, persiguen que las gentes que ganan mucho, y sin trabajar, como los miembros de IBEX o de los consejos de administración, sigan viviendo como reyes en sus trabajos. Y, por otro lado, generar, como decía antes, el miedo necesario para que se aumenten los productos de jubilación privados.

Parece evidente que, si formamos a las personas jóvenes y les conseguimos contratos serios de formación y prácticas, en la mayoría de casos estarían en mejor disposición para ocupar un puesto de trabajo que la persona cansada de esa rutina y ya con 60 años. Ideas integradoras podría ser la practica joven subvencionada, en los cinco o diez últimos años de trabajo de la persona a jubilarse.

Dando otras vueltas a las incongruencias de las frases iniciales llego a otra propuesta sobre las maquinas y su suplantación de la mano de obra. Cada vez más se escuchan voces sobre el impuesto de jubilación a la máquina, en función del numero de personas que sustituye y del incremento del beneficio que genera. Y creo que por ahí pueden ir las cosas, un reparto y una redistribución del espacio de la maquina asignado a tantas personas como suplante, no con nombre y apellidos, pero si como fórmula de cotización.

También pienso que, una redistribución de las riquezas y poderes, pueden ser un reto joven importante y poner en mercado a mucha persona joven desde el autónomo o el emprendedor directo. Me explico, los retos empresariales los inician habitualmente hijos e hijas de fuertes empresarios, igual sucede en otros puestos relevantes de la sociedad. Una propuesta que me viene a la cabeza es, que sea el estado o las comunidades autonómicas, directamente o a través de la banca, los que arriesguen junto a las personas jóvenes en sus iniciativas empresariales o sociales.

Continúo en este juego de mis neuronas intentando arreglar España. Es evidente que cuando se recortan salarios o pensiones, lo que se recorta es el poder adquisitivo de una parte mayoritaria de la sociedad. Podríamos pensar, de manera inocente, que a mayor salario mayor consumo y por tanto más interés del capitalismo en ello. Pero el neocapitalismo no entiende el mercado como beneficio en euros, al menos no solamente en euros, sino como control social, como medida para controlar clases y niveles sociales, anulando la capacidad de decisión en aquellas clases con problemas. En este caso me refiero a las “cuatro” compañías que dirigen el cotarro, el resto de empresas y fortunas son útiles para mantener discurso y nivel.

Por eso, una política socialdemócrata ha de luchar por salarios y pensiones dignas que aseguren, no solo un poder adquisitivo, sino que no anulen nuestro poder de decisión. Además, se genera una sociedad con mayor reparto de riqueza y con menos problemas para crear empleo de nivel y mantener jubilaciones anteriores a los 60.

Incluso los pensamientos más liberales pueden defender también estas tesis, ya que les permiten un juego del capital más real y con menos control que el que nos vende el neocapitalismo.

Excusar nuestros problemas en la inmigración es el viejo truco del poder, divide y vencerás. Es de Perogrullo que nuestros problemas no pueden venir de aquellas personas con más dificultades que nosotros. Y nuevamente es incongruente que se nos venda desde los mismos sectores lo uno y lo contrario. Si los inmigrantes son necesarios para garantizar nuestras jubilaciones, no pueden ser al tiempo el problema de nuestro paro joven y mucho menos de los problemas de nuestra sanidad, cuando está demostrado que no la usan apenas.

Las políticas de inmigración han de basarse en la igualdad, también salarial, en el control al empresario, en la globalización de las soluciones, el codesarrollo, el empoderamiento... . Pero por aquí, ya entraría en arreglar el mundo y eso seria demasiado para un solo escrito, lo cierto es que un mundo global para los beneficios, no puede ser un mundo de soluciones locales para los problemas.

Debemos de pensar y no dejarnos llevar por aquello que nos llega por redes y prensa, debemos de formar nuestra opinión y ejercerla en cada momento en consecuencia.

Por todo lo anterior, creo que no hay miedo a que las pensiones públicas peligren o a que los jóvenes no tengan trabajo. El miedo ha de ser, al interés de esas grandes compañías por anular nuestras mentes, crear democracias ficticias, generar hooligans de unos y otros partidos políticos para encubrir las verdaderas razones y desacreditar la política como base de entendimiento y de buscar soluciones.

Las soluciones, no son fáciles, pero una vez más mi sentido común me dice que la gente ha de participar en la sociedad de manera activa, partidos políticos, sindicatos, asociacionismo, etc. Pero además se han de generar sistemas de entronque en la base social entre distintas visiones y no jugar a la visión vertical de arriba debajo de todos los estamentos de la democracia actual.

Y para finalizar un consejo, reafirmando mi párrafo anterior, ¡participa en la sociedad para que no participen contra ti!