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28 ene 2017

La importancia social de reconstruir el PSOE.

Por Justi
Es evidente que el PSOE está a la gresca. Se adivinan pocas ganas, en ciertos sectores, de solucionar el problema; ¡cómo afrontar la pérdida de confianza de la sociedad a la que tiene que representar!
Desde 2010 el PSOE, la mayoría de sus cuadros principales, andan más preocupados en lo individual que en lo social. Más en buscar soluciones a lo propio que a buscar de nuevo el apoyo de la sociedad con nuevas políticas.
Parece lógico que, para solucionar un problema, primero se reconozca que se tiene el problema, segundo se busque que lo ha provocado y quienes son responsables de las decisiones que llevaron a la equivocación.
Una tras otra, se han sucedido conferencias entre 2011 y 2015, aparentemente para buscar el problema y la solución. Reuniones, páginas web, trabajos online, grupos, subgrupos, debates, y un congreso antecedido de unas primarias. Todo un trabajo de seis años, de gran esfuerzo y ¿qué tenemos? ¿Cuál era el problema y cuál es la solución? Vaya, parece ser que no hay nada, o, mejor dicho, estamos peor que estábamos y sin diagnostico siquiera.
Una organización que falla, no ha de perder el
tiempo en buscar culpables, tiene que buscar el problema y las soluciones, como decía en párrafos anteriores. Pero parece obvio que quienes han fallado, por activa o por pasiva, no pueden erigirse en los salvadores, en volver a querer marcar, con sus tozudas ideas, el camino. Y marcan de nuevo el camino que nos llevó a desconectar de la clase media y baja.

Este partido andaba dirigido por Blanco, Zarrias, Rubalcaba, Felipe, Zapatero y Oscar López, entre otros pocos más, cuando desconecto de la gente. Cada elección menos votos y menos capacidad de reacción.
Al PSOE, del 2011 al 2016, le ha salvado de la debacle total el esfuerzo de algunos cuadros regionales del partido, ejemplo en Castilla La Mancha es el gran trabajo de Emiliano García-Page en esos años, pero sobre todo en general le ha salvado la determinación de militantes, simpatizantes y votantes para mantener al partido en manifestaciones, eventos, redes, tertulias, etc., ante la pasividad de sus cargos nacionales, pasmados y sin reaccionar después del varapalo del 2011.
Gracias al trabajo de las mujeres y hombres de “a pie”, se puso énfasis en las marchas sociales por la igualdad y la equidad, en la defensa de una sanidad pública, de una educación pública o de los derechos laborales y sociales. Cuando a los cargos les daba vergüenza salir detrás de una pancarta que pusiera PSOE, la gente socialista estaba ahí manteniendo el tipo. Alcaldes y concejales, votantes, militantes, simpatizantes, ... han salvado durante estos años al partido.
Después, cuando la sociedad nos da la posibilidad de volver a recomponer ideas e ideario, desde pactos en ayuntamientos y regiones, los causantes de la quiebra salen de sus guaridas alzando la voz y erigiéndose en los salvadores de lo que ellos habían defenestrado. Sin reconocer tan siquiera los errores, sin que se les caiga la cara de la vergüenza y retomando cargos y cargas para volver al mismo camino del 2010, el de la ruina social y política de estas ideas. Se relega a mucha de la gente que había puesto pie en pared contra Cospedal y contra Rajoy, personas que incluso han sido atacadas, vejadas, denunciadas por la derecha y que este partido en vez defenderlas las aparta para hacer más llevaderos los acuerdos con la derecha rancia y aprovechada de este país. Y aun, ahora se atreven a pedir unión, ¿unidad para quién?, ¿con quién? y sobre todo ¿para qué?
Por eso, a mi modo de entender, no hay que cargar de manera abusiva en quienes metieron al PSOE en este berenjenal, pero no podemos permitir que sigan alardeando de ideas, cuando las que han tenido no funcionan. Escucharles, Si, pero sin que se vanaglorien de nada, pues de nada se han de vanagloriar.
Es evidente que el socialismo esta distanciado de la sociedad. En las regiones y ayuntamientos que gobernamos, es donde podemos demostrar que sabemos hacer las cosas de la manera que necesita la gente de la calle. Por desgracia, el ruido interno nacional, hace que no llegue a la sociedad el gran trabajo que en, por ejemplo, Castilla La Mancha está haciendo García-Page y su Gobierno.  A veces al líder hay que decirle la verdad sobre lo que dice la sociedad, para que las decisiones sean correctas. Queda tiempo para arreglar estas cosas en concreto. 

Volviendo al partido y a lo nacional, en cualquier resolución de los trabajos finales de las ponencias de las referidas convenciones, conferencias y congreso, están reflejados con bastante claridad de donde vienen los desapegos con nuestra base. Y, también creo, que están reflejados los objetivos para volver a ser el partido de la calle. Dando una revisión con valentía a estos documentos y abriéndolos a la calle no hace falta otra ponencia marco. Es bueno que opine cuanta más gente mejor, pero sí que hay que acotar que quien opine realmente asume nuestro marco ideológico. Cuando alguien habla de francotiradores en un párrafo de inmigración y de salario básico, es cuando menos discutible que sea el más idóneo para redactar nada, siendo benévolo.
Hace falta que quien lidere este partido crea en las resoluciones, haga caso a los acuerdos, a los idearios, respete las promesas electorales y cuenten con la militancia. Es necesario que quienes lideren este futuro proyecto no hagan parches cosiendo sobre roído, sino que con tela que esté intacta, corten nuevos patrones a medida de lo que necesita la sociedad. 
Aquí solo sobran quien o quienes no respetan el debate, ni las decisiones de la militancia, quienes no cumplan el marco ideológico. Algunos pretenden cambiar el marco ideológico para amoldarlo a su pensamiento, quizás estén en el sitio equivocado.
Amigos y amigas, este partido fue grande y seguirá siendo grande con líderes y lideresas que crean en la gente, que no se crean dioses, sino personas. Líderes o lideresas que aporten ilusión y expliquen sus ideas, que usen el convencer y no el vencer.
Están previstas unas primarias importantísimas para conseguir construir partido y con ello defender a la sociedad. Quienes se presenten deben tener y contar, por parte de la actual dirección, de las mismas reglas.
La disputa, para salir fortalecidos/as y unidos/as, ha de ser respetuosa. Por desgracia los intereses de los medios de comunicación tenderán para sea de otra manera. Las candidaturas y la organización deberían asegurar informaciones veraces.
Hace falta un gran PSOE que nos defienda de la eléctricas, de la banca, de las grandes compañías, que negocie a favor de nuestra agricultura y comercio en Europa, un PSOE social que se aparte de este PP lleno de corrupción y recortes. Un PSOE que no permita puertas giratorias, ni posiciones de privilegio a sus cargos o ex cargos.
Y, sobre todo, un PSOE que no humille a quienes durante años y años han luchado por defender a este partido y a sus líderes.
El PSOE son las personas que en el militan, quienes les votan y a quienes defiende. Se formó para defender a la gente trabajadora y dejara de existir el día que no sea así.
El PSOE de la ilusión es necesario, un socialismo que vaya por delante de los problemas y busque soluciones.