Días convulsos y de difícil prisma histórico, aun cuando percibimos la gran importancia de muchos de los acontecimientos sucedidos en este país en los últimos días.
Las calles empiezan a llenarse de gentes sin otra esperanza que la palabra.
Los colegios se llenan de gentes con futuros bien distintos en función, no de su intelecto, sino de su clase social. Vuelve la temporada próxima la moda de falda de tablas y las camisas blancas con corbata en el caballero.
La vejez y la jubilación sera más longeva según los recursos económicos, dando lugar a tener atención prioritaria los inscritos en la atención privada y simplemente una sanidad de caridad en la pública de los pobres. Clases antes trabajadoras sacan de las residencias a sus ancianos para comer con sus jubilaciones.
Cada día se pierden más empleos y el gobierno tiene menos ideas. Siguen nadando en su mayoría absoluta sin escuchar al pueblo. El pueblo cada día se desliga más de quien dice representarlo pero no hace nada por solucionar sus problemas.
La banca sigue pidiendo dinero al estado y comprando dinero barato, menos del 1%, al BCE; mientras el Estado compra el dinero a los bancos al 6, 7 u 8% según tenga el día " la prima de la Merkel ". Mama Merkel dice querernos mucho pero la gavilla, que dicen en mi tierra, la hace ella.
Cada día que pasa el medio rural esta más lejano del medio urbano y las gentes del medio urbano, aunque sea paradójico, regresa al rural para poder comer.
El futuro es el retrato del pasado dibujado en un presente con grandes posibilidades y que la dictadura de los mercados económicos ha dejado en eso, un retrato en blanco y negro sobre un fondo de color.
Solo la política democrática puede dar soluciones; soluciones que tienen que pasar por una Europa unida pero no sumisa a unos pocos países.
La calle tiene que seguir ejerciendo su fuerza pero sabiendo de la utilización que de la misma van hacer sectores ultras para desestabilizar e imponer tecnócratas o vendedores de humo.
Resulta curioso que el fracaso del capitalismo y del sistema neoliberal, patente desde el momento que los estados han tenido que salir en defensa de los mercados, ha dado lugar a la caída de los partidos de izquierdas. Como curioso resulta que las deudas privadas de grandes empresas y multinacionales bancarias han dado lugar al incremento de los déficit y deudas de los estados que han salido en su defensa.
Mientras esto sucede, las personas que no tienen culpa alguna, trabajadores y empresas, tienen que asumir el coste del fracaso del sistema capitalista.
Los ricos, paises y particulares, inventan un sistema donde las perdidas las pagamos el pueblo llano y los beneficios siguen repartiéndolos en un sistema capitalista neoliberal. Se socializan las perdidas liquidando el bienestar para reflotar el neocapitalismo con más fuerza hacia las grandes clases y quitando todos los derechos a las clases trabajadoras. Ademas echan las culpas del fracaso al gasto desmesurado del pobre o de las políticas sociales.
Ahora la izquierda europea tiene que volver a recomponer sus ideas y programas con fuerza. La izquierda tiene que llegar a los grandes acuerdos que permita hacer grandes propuestas.
El PSOE es el partido que ha cometido errores de bulto en los últimos años y los ha pagado con la perdida de las elecciones. En España el PSOE, partido al que hay que reconocer treinta años de grandes logros sociales, ha propuesto una ley de renegociación de hipotecas para que nadie pierda su casa. Estas son las propuestas que creo tienen sentido y dan cercanía a la ciudadanía y respuestas a sus problemas.
Ir por ese camino con propuestas hacia la ocupación de nuestros jóvenes, hacia el incremento de inversión en I+D+I, el camino de las energías renovables, esa es la cuerda de enganche para ser creíbles.
No tenemos que tener miedo a criticar los recortes en numero de diputados, ya que eso es perder democracia. Las personas que ejercen una responsabilidad necesitan percibir un salario, sino solo las clases altas estarán en política. Eso si, tenemos que defender salarios dignos y racionales. Defender menos parafernalia pagada alrededor y menos asesores.
Pero no caigamos en tomar la calle para eliminar cargos políticos que nos lleven de una u otra manera a una dictadura cubierta o encubierta donde se quite la libertad.
Rememos todos en la misma dirección, pero todos majestad.
La Constitución no dice en ninguno de sus artículos que los derechos son de las clases ricas y los deberes de las clases pobres. Dice todo lo contrario, todos somos iguales y con derecho a una vivienda digna y a un trabajo.
Ahora es necesario estar en la CALLE