Por Justi Muñoz
🏠 La utopía de un nuevo modelo de vivienda en España.
Justicia social, equilibrio territorial y derecho a un hogar digno
El acceso a la vivienda se ha convertido en uno de los grandes desafíos de nuestro tiempo. En España —como en buena parte de Europa— los precios del alquiler no dejan de subir, la oferta de vivienda asequible es escasa y cada vez más familias destinan más de la mitad de sus ingresos a pagar un techo.
Mientras tanto, las grandes ciudades concentran población, empleo y recursos, y los pueblos pierden habitantes y oportunidades. Dos caras de una misma crisis: la masificación urbana y el déficit rural. Resolverlas exige una nueva mirada: equilibrar el territorio y garantizar el derecho real a una vivienda digna.
🔍 Es necesario entender el pasado y el presente; pero , sobre todo, el futuro
En los años 60 a los 80, España vivió una etapa de fuerte impulso público en materia de vivienda forzados por el éxodo del campo a la ciudad y la expansión hacia los extrarradios, la vivienda en la ciudad no era asequible. La construcción de vivienda protegida permitió a miles de familias acceder a un hogar y estabilizó los precios y evitó movimientos sociales, tan temidos por el régimen franquista. La filosofía del franquismo se refleja en una frase popular de la época "un propietario más, un comunista menos".
La mayor parte de aquella vivienda era de venta social, no de alquiler. Y, además, pasaron a los pocos años a engrosar el número de viviendas de renta libre, reduciendo el stock de vivienda pública.
Sin embargo, en las últimas décadas el suelo se convirtió en objeto de especulación y la oferta pública se redujo, ni tan siquiera en la década de la burbuja inmobiliaria, 1999-2009, la vivienda pública fue relevante.
Desde 2020 de ha incrementado la construcción de vivienda pública pero aún no llega a grandes números.
Hoy, el resultado está a la vista:
- Los salarios no alcanzan para cubrir los alquileres.
- Las familias jóvenes quedan fuera del mercado.
- El acceso a la vivienda se ha convertido en un lujo.
Construir más no basta. Hace falta un sistema justo, progresivo y sostenible, que convierta al Estado -Gobierno Central, Autonomías, Ayuntamientos- en equilibrador.
💡 El SAPP: una idea para un nuevo tiempo
La propuesta del Sistema de Alquiler Progresivo Público (SAPP) parte de una idea sencilla: el precio del alquiler debe adaptarse a los ingresos de quien lo paga, no al revés.
Así funcionaría:
- Cada vivienda tendría un valor de referencia, fijado por un organismo público.
- Cada familia pagaría una cuota ajustada a su renta y circunstancias.
- Si el pago es menor que el valor de referencia, el Estado compensa al propietario.
- Si la familia tiene ingresos altos y paga más, ese excedente iría a un Fondo Solidario de Vivienda.
El SAPP no sustituye al mercado, pero lo corrige y lo humaniza, garantizando estabilidad y justicia.
🌍 Vivienda y territorio: dos piezas del mismo puzzle
El nuevo modelo no puede limitarse a los precios. Debe acompañarse de una estrategia territorial que acerque la vivienda, el empleo y los servicios.
La propuesta se completa con:
- Polos productivos en áreas rurales y periurbanas, que generen empleo sostenible.
- Vivienda asequible cerca del trabajo, para reducir desplazamientos y atraer población.
- Transporte, conectividad y servicios públicos de calidad.
- Reutilización de suelo y vivienda vacía, evitando el despilfarro y la expansión descontrolada.
📈 Qué se conseguiría
| Área | Beneficio |
|---|---|
| Social | Acceso universal a la vivienda y reducción de desigualdad |
| Económico | Estabilidad del mercado y menor especulación |
| Territorial | Reequilibrio entre campo y ciudad |
| Fiscal | Sistema parcialmente autofinanciado y solidario |
| Propietarios | Cobro garantizado y mayor seguridad jurídica |
🤝 Un derecho, una oportunidad
Garantizar vivienda digna no es solo una medida económica. Es una decisión política y moral que define el tipo de sociedad que queremos ser, además de un derecho constitucional.
El Sistema de Alquiler Progresivo Público, unido a una política territorial coherente, podría marcar el camino hacia un país más justo, equilibrado y sostenible.
«Una vivienda digna no es solo un techo: es el punto de partida de una sociedad más humana y de un futuro mejor para todos.»
Artículo por Justi
