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22 feb 2015

PENSANDO EN VOZ ALTA. Un Mundo rural sustentable y con equidad.

Justi Muñoz

Las personas importan, la economía es solo un medio.

Inicio una serie de artículos para compartir, con quien lo desee, mis pensamientos sobre el Mundo Rural, debilidades y fortalezas que llevan al futuro. El Medio Rural tiene un gran horizonte  siempre que seamos capaces de entender y modelar de acuerdo a la sustentabilidad, equidad y a la opinión de la ciudadanía en el terreno.

Las líneas de estos textos irá encaminada a la definición o apertura de la discusión sobre conceptos sociales transversales, que además van dirigidos a la población en general y han de ser, por tanto,  perfectamente entendibles.

El presente escrito es el preámbulo de los siguientes, advirtiendo que el titulo o el orden pueden ser alterados si es ventajoso para su mejor entender. Inicialmente es el siguiente:
  • Preámbulo.
  • Desarrollo rural y equidad, políticas transversales. Lo rural y lo urbano.
  • Educación como eje fundamental.
  • Sanidad y servicios sociales como garantía de equidad.
  • Personas y territorio. Cercanía en la gestión pública. Los ayuntamientos.
  • Sostenibilidad y gestión de recursos.
  • Inversión y compatibilidad con áreas de protección y sustentabilidad.
  • Agricultura y actividades complementarias. Garantía alimentaria. Turismo rural.
  • Asociaciones y ONGs en el territorio.
  • La política como vía de desarrollo y trámite de lo anterior.
Me gustaría recibir en mi email justimunozminaya@gmail.com vuestras opiniones, complementos, replicas o discusiones. Si no os convence la redacción también podéis mandar propuestas de sustitución, supresión o adición.

Preámbulo

El medio rural en España abarca el 90% del territorio y en él reside un 20% de la población (hasta un 35% incluyendo las zonas peri-urbanas).

La crisis es la escusa perfecta para hacer cambios drásticos en la sociedad. La mayoría de las veces estos cambios no van dirigidos a paliar las causas del problema, ni a evitar que vuelvan a suceder, más bien se utiliza el miedo provocado para ahondar en recortes sociales y en proteger a la clase pudiente de cualquier malestar, acrecentando su poder y su riqueza. Las culpas y soluciones recaen tan solo en la ciudadanía de a pie, somos sufridores y paganos de aquello que ni hemos decidido, de lo que no hemos participado, y mucho menos hemos provocado. Genera, además, esta crisis una vuelta atrás en políticas de equidad y de igualdad de género, el  androcentrismo vuelve a tomar relevancia.

El poder económico gana al poder de la masa social y nos auto-convence, en muchos casos, de que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades o de que hay que salvar a la banca y no a las personas. Es mucha la gente, por desgracia, que se cree este argumento, y no les entra en la cabeza que los recortes sociales, salariales, de derechos, sanitarios o educativos son producto de medidas perfectamente diseñadas por la gran economía.

No es solo la política la culpable, los medios de comunicación y los liderazgos culturales, o de otra índole, deberían ser importantes en la defensa de la masa social ante esos pocos, que mandan mucho, que ostentan el poder económico. Esto sucedería en un hipotético ámbito libre de intereses. Estos intereses dirigen también a la mayoría de los medios comunicación en defensa de sus propietarios o al encumbramiento de ciertos periodistas, y los liderazgos, la mayoría de las veces a su interés particular o sectorial.

El partir de premisas erróneas nos lleva a buscar soluciones erróneas por caminos desacertados. Si la culpa la cargamos en la parte débil de la ciudadanía o en la parte débil de la administración pública, ayuntamientos, lejos de enfocar el problema y la solución, lo que hacemos es alejarnos de ella. ¡Como la culpa la tiene la ciudadanía, les recortamos en vez de aumentar su poder adquisitivo, de incentivar y de proteger para que puedan seguir invirtiendo y generando riqueza!

Un ejemplo es el de la administración local, ayuntamientos, se les achaca mil y un problemas de la actual situación cuando es del todo mentira. Los ayuntamientos de España deben un 5% de la deuda pública total del país. Si quitamos la deuda de Barcelona, Madrid, Valencia, Sevilla y Zaragoza, nos encontramos que lo que deben en conjunto el resto de municipios no pasa del 1% del total de la deuda pública. Es más, la solución no vendría nunca por la fusión de municipios, la mayor parte de los políticos de estos municipios no cobran un euro, sino que deben de ser parte de la solución.

Las soluciones hay que buscarlas en la cercanía a la ciudadanía, en blindar los derechos de esta y de marcar deberes claros, no solo a la ciudadanía, sino también al capital. Primero siempre la persona, pero además la persona ubicada en el territorio, no como individuo aislado.

Estamos en un territorio rural y es el desarrollo rural sustentable, coordinado con el desarrollo urbano, una de las políticas trasversales, junto con la igualdad, que pueden y deben generar un futuro distinto. Más adelante hablaremos de ello.

El papel de las diputaciones, por ejemplo, no importa si tienen que desaparecer o no, lo realmente substancial es definir un modelo general de territorio, con la premisa de cercanía, y después ver la función que pueden desempeñar como órgano al servicio de las personas, y no como actualmente, que han derivado a un servicio que encorseta y pone a los ayuntamientos al servicio del órgano que hipotéticamente los tiene que defender.

Tiene que surgir una nueva forma de hacer política,  la integración e interacción de la persona política con la sociedad a la que se debe tiene que estar al orden del día. La política, como la economía, o los medios de comunicación, tienen que estar al servicio de la ciudadanía y no a la inversa.

Otro análisis necesario, es la representación territorial, tan necesaria para la defensa de los intereses propios de una zona y generales de España. Está de moda ahora el discutir la representación directa o la representación por circunscripciones  para la elección del parlamento. Mi humilde opinión es que al menos una cámara, posiblemente el senado, ha de ser elegida con el prisma de territorialidad y, es más, con discriminación positiva, o variables que tengan en cuenta la extensión del territorio y no tan solo el número de habitantes.

Si definimos modelos territoriales, derechos, deberes y políticas transversales será más fácil aplicar el resto de políticas. Hay que valorar a la población rural y sus actividades, muchas de ellas imprescindibles para toda la sociedad.